ENTRE ESCILA Y CARIBDIS
QUERIDA LAVINIA:
Antes de que se celebren nuestros esponsales, satisfaré tu curiosidad. Siempre has preguntado por mis orígenes extranjeros.
Ahora que tu padre Latino te ha entregado a mí en matrimonio, te contaré cómo pude llegar a las tierras de Ausonia a través del mar.
Athanasius Kircher, Tabula Freti Siculi, Charybdis et Scyllae (1682)
Dicen que Odiseo tocó esta tierra hace muy poco tiempo en su regreso a casa. Los aedos cantan su valentía ante los peligros del vinoso ponto.
Cuentan que la maga Circe le había advertido de dos monstruos femeninos que custodian el estrecho de Messina.
ESCILA y CARIBDIS
Escila
ESCILA, monstruosa perra, aúlla como recién parida. Fue hermosa, doncella, amada por Glauco, pero la maga Circe la metamorfoseó porque deseaba aquel amante. Le crecieron 12 pies deformes y 6 cuellos larguísimos con cabezas de can que tienen tres hileras de dientes. Devora delfines y peces grandes. Es como un pulpo.
Thomas Michel
CARIBDIS, hija de Neptuno y la Tierra. Júpiter la castigó arrojándola al mar de Sicilia por haberse comido los bueyes de Hércules. Sorbe el agua y la vomita, tremendo remolino.
Habitaba sobre una higuera salvaje que crecía en unos arrecifes. De ella se colgó in extremis el valiente Odiseo…
Odisea (ed. Pope 1806, British Museum)
El sueño me habló de que Creta no era mi destino, sino que me esperaba luminosa una tierra a la que los griegos llaman Hesperia, porque por sus costas el sol se tiende en reparador sueño, y que los nativos llaman ITALIA, según dicen por el nombre de un caudillo.
ENTRE ESCILA Y CARIBDIS…
Esa es la tierra del padre Dárdano, aquí están nuestros orígenes, en las tierras de Ausonia.
Ya la loca Casandra había hablado de algo así, pero nadie la creyó. Mira tú por dónde ahora me encuentro aquí, en la tierra de mis ancestros, como fundador yo.
En el mar oscuro remó con afán mi piloto Palinuro, desgraciado muchacho. Después de combatir a las horrendas arpías, se abrió ante nosotros un mar de color turquesa.
Era invierno, el Aquilón enviaba oscuras nubes y oscuras olas. Fue una alegría encontrar a Héleno vivo, reinante y feliz. Sus orejas lamidas por la serpiente de Apolo llevan oráculos a su boca. Nos cuenta que en el mar de Trinacria hay un estrecho entre Italia y Sicilia. Allí dos monstruos atacan a los navegantes.
Trinacria
Ocupa Escila el lado derecho y la implacable Caribdis
el izquierdo, y en el profundo remolino de su abismo tres veces
sorbe de pronto vastas olas y otras tantas las lanza de nuevo
al aire, y azota las estrellas con el oleaje.
A Escila por su parte una caverna la encierra en ciegos escondrijos
Y ella saca la cabeza y atrae las naves a los acantilados.
Por arriba, un rostro humano y es doncella de hermoso pecho
Hasta la ingle, monstruo marino de enorme cuerpo por abajo
Con panza de lobo terminada en colas de delfín.
Es mejor recorrer la línea del Paquino trinacrio
En tu ruta y dar un largo rodeo
Que contemplar una sola vez en su enorme antro a la deforme
Escila y las rocas resonantes de cerúleos canes.”
(Eneida, III, 420-432. Traducción de Rafael Fontán)
Después de traspasar este estrecho, Cumas se presentó ante mis ojos, los divinos lagos y el Averno resonante de bosques. Superé la prueba, gracias a la destreza de mi tripulación. Pasamos por la tierra de los Cíclopes y oímos el rugido del tremendo Etna que sacude Trinacria cuando se enfada.
Y aquí me tienes, querida mía, yo Eneas, vencedor de Turno, troyano pero no del todo extranjero: mis ancestros estaban aquí.
Estuve entre ESCILA y CARIBDIS hasta llegar a tí:
la huída de Troya, mi amada Creúsa, Dido suicida, el amor y la pasión, el deseo…
Ahora la política, la convenciencia, la descendencia…
Sir Joshua Reynolds, Jane Fleming, Later Countess Of Harrington
Nuestros hijos serán grandes, nuestra descendencia gloriosa, nuestra patria inmensa.
Querida Lavinia, el amor es pasajero, una ilusión con fecha de caducidad.
La íntima amistad y el respeto garantiza la supervivencia de esta unión.
Seremos felices.
Siempre tuyo,
ENEAS